Al nacer, fue tragado por Crono y luego expulsado (como a sus hermanos); participó en la lucha contra los Titanes, y los Cíclopes lo armaron con un casco que volvía invisible al que lo llevaba.
Hades reina en los Infiernos, sobre los muertos, siendo un amo despiadado que no permite a ninguno de sus súbditos a volver a la tierra. Asistido por demonios y todo tipo de genios (Caronte, el barquero, por ejemplo), tiene a su lado a Perséfone, no menos cruel. Ésta había sido raptada en los llanos de Sicilia mientras jugaba y cogía flores con sus compañeras. Perséfone era sobrina de Hades, y él estaba enamorado de ella, pero Zeus, su padre, no había consentido en el matrimonio porque le repugnaba que se quedase eternamente encerrada en el Tártaro. Por eso Hades resolvió raptarla. Más tarde, Zeus ordenó a Hades que Perséfone fuese devuelta a su madre, pero Hades había hecho que su esposa comiera un grano de granada, pues quienquiera que visita el Tártaro y toma en él un alimento cualquiera no puede volver ya al mundo de los vivos. Así pues, Perséfone se vio forzada a permanecer una tercera parte del año junto a Hades.
Hades tambíen interviene en otro mito. La Ilíada cuenta que, cuando Heracles descendió a los Infiernos, Hades quiso impedirle la entrada en su reino y se enfrentó con él; pero Heracles lo hirió de un flechazo en el hombro y el dios tuvo que ser conducido rápidamente al Olimpo, donde Péan, el "dios que cura", le aplicó un bálsamo milagroso, que le cicatrizó rápidamente la herida. Hay variantes que muestran a Heracles abatiendo al dios de una pedrada, pero sea lo que fuera la victoria quedó para el hijo de Zeus.
De hecho, el nombre significa "el Invisible", raramente mencionado, ya que de hacerlo se temía excitar su cólera. Por esta razón se le designaba por medio de eufemismos -el más corriente era Plutón "el Rico" (en Grecia clásica Plutón era epíteto de rico), aludiendo a las riquezas inagotables de la tierra, tanto las de la tierra cultivada como las de las minas que encierra-.
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