Perséfone es hija de Zeus y Deméter (hija de Cronos y Rea, hermana de
Zeus, y diosa de la fertilidad y el trigo). Su tío Hades (hermano de
Zeus y dios de los Infiernos), se enamoró de ella y un día la raptó.
La
joven se encontraba recogiendo flores en compañía de sus amigas las
ninfas y hermanas de padre, Atenea y Artemisa, y en el momento en que va
a tomar un lirio, (según otras versiones un narciso), la tierra se abre
y por la grieta Hades la toma y se la lleva.
De esta manera,
Perséfone se convirtió en la diosa de los Infiernos. Aparentemente, el
rapto se realizó con la cómplice ayuda de Zeus, pero en la ausencia de
Deméter, por lo que ésta inició unos largos y tristes viajes en busca de
su adorada hija, durante los cuales la tierra se volvió estéril.
Al
tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone,
pero esto ya no era posible pues la muchacha había comido un grano de
granada, mientras estuvo en el Infierno, no se sabe si por voluntad
propia o tentada por Hades. El problema era que un bocado de cualquier
producto del Tártaro implicaba quedar encadenado a él para siempre.
Para
suavizar la situación, Zeus dispuso que Perséfone pasara parte del año
en los confines de la Tierra, junto a Hades, y la otra parte sobre la
tierra con su madre, mientras Deméter prometiera cumplir su función
germinadora y volviera al Olimpo.
Perséfone es conocida como Proserpina por los latinos.
La
leyenda cuenta que el origen de la Primavera radica precisamente en
este rapto, pues cuando Perséfone es llevada a los Infiernos, las flores
se entristecieron y murieron, pero cuando regresa, las flores renacen
por la alegría que les causa el retorno de la joven. Como la presencia
de Perséfone en la tierra se vuelve cíclica, así el nacimiento de las
flores también lo hace.
Por otra parte, durante el tiempo en que
Perséfone se mantiene alejada de su madre, Deméter y confinada a el
Tártaro, o mundo subterráneo, como la esposa de Hades, la tierra se
vuelve estéril y sobreviene la triste estación del Invierno.
viernes, 31 de marzo de 2017
jueves, 30 de marzo de 2017
Afrodita
Afrodita era la diosa griega del amor, la lujuria, la atracción
física y el sexo. En un mundo como la Antigüedad, en el que las
relaciones sexuales no eran consideradas como algo pecaminoso ni
negativo, el ámbito de influencia de la diosa Afrodita era amplio y
variado, lo que explica la gran atención que recibió esta diosa, tanto
desde el punto de vista del desarrollo de sus mitos como de la aparición
de todo tipo de cultos a lo largo y ancho del Mediterráneo. En efecto,
Afrodita fue una de las divinidades más veneradas en la Antigüedad,
contando con grandes templos en las principales ciudades y santuarios.
Tal fue la fuerza de esta diosa que acabó por absorber a todas las
divinidades menores con las que compartía algún tipo de ámbito, en un
complejo proceso de sincretismo religioso que dio lugar a una gran
variedad de cultos y advocaciones diferentes de la misma Afrodita.
NACIMIENTO E INFANCIA
El mito del origen de Afrodita está relacionado con la propia etimología de su nombre. El término griego aphrós significa espuma, y esto pudo llevar a la consolidación de la creencia de que esta diosa había nacido del mar. Según el mito más antiguo que ha llegado hasta nosotros, recogido por el poeta Hesíodo, tras arrancar Cronos los genitales a su padre Urano arrojó los despojos de esta acción al mar, en las costas de Pafos, en la isla de Chipre. De la mezcla del semen y la sangre de Urano con la espuma del océano, nació la diosa del amor, ya adulta. Esta versión del nacimiento de Afrodita ha sido la más célebre, inspirando a artistas de todas las épocas. Sin embargo, existen otras tradiciones que hablan de un origen diferente para esta diosa. Según Homero, Afrodita era hija de Zeus y Dione, una divinidad que acabó por perder su importancia en el panteón griego, pero que en su origen pudo haber sido la compañera del padre de los dioses hasta que Hera la sustituyó en este papel.
Todos los escritores antiguos están de acuerdo en que Afrodita no tuvo infancia, sino que nació ya siendo que adulta, con sus formas físicas maduras y listas para ser deseables por todos los mortales y los inmortales.
NACIMIENTO E INFANCIA
El mito del origen de Afrodita está relacionado con la propia etimología de su nombre. El término griego aphrós significa espuma, y esto pudo llevar a la consolidación de la creencia de que esta diosa había nacido del mar. Según el mito más antiguo que ha llegado hasta nosotros, recogido por el poeta Hesíodo, tras arrancar Cronos los genitales a su padre Urano arrojó los despojos de esta acción al mar, en las costas de Pafos, en la isla de Chipre. De la mezcla del semen y la sangre de Urano con la espuma del océano, nació la diosa del amor, ya adulta. Esta versión del nacimiento de Afrodita ha sido la más célebre, inspirando a artistas de todas las épocas. Sin embargo, existen otras tradiciones que hablan de un origen diferente para esta diosa. Según Homero, Afrodita era hija de Zeus y Dione, una divinidad que acabó por perder su importancia en el panteón griego, pero que en su origen pudo haber sido la compañera del padre de los dioses hasta que Hera la sustituyó en este papel.
Todos los escritores antiguos están de acuerdo en que Afrodita no tuvo infancia, sino que nació ya siendo que adulta, con sus formas físicas maduras y listas para ser deseables por todos los mortales y los inmortales.
miércoles, 29 de marzo de 2017
Atenea
Atenea o Palas Atenea formó parte de los habitantes del Olimpo junto al dios supremo Zeus. Era una de las diosas griegas más importantes y presentaba un gran número de rasgos característicos. Era la diosa de la guerra, de la sabiduría y de la ciencia, además de patrona de diversas actividades.
Atenea también tenía una afinidad especial con las ciudades, sobre todo con Atenas, donde era adorada en muchos templos como la deidad tutelar principal.
La sabiduría y la versatilidad de la virginal Atenea eran una consecuencia directa de su extraordinario nacimiento. En cierta ocasión Zeus había concebido un hijo con oceánide Metis («sabiduría» o la diosa de la tierra, Gaya, y el dios de los cielos, Urano, habían dicho que el dios que naciese del embarazo de Metis sería muy superior a él). El dios supremo montó en cólera y devoró al atemorizado Urano, lo que le provocó tiempo después que tuviese un intenso dolor de cabeza. Hefesto, el artesano de todos los dioses, tuvo que utilizar sus herramientas para abrir la cabeza de su padre, de donde salió Atenea completamente vestida y ya adulta. De este modo, podría decirse que era la favorita de su padre y que en cierto sentido se parecía a él.
El valor era el rasgo más característico de Atenea. Su figura alta y delgada siempre estaba acompañada por el casco y la lanza. Llevaba el aegis o piel de cordero que le entregó su padre para cubrir sus hombros. Estaba decorado con borlas y la cabeza de Medusa, la Gorgona con su rostro terrorífico, cuya mirada podía convertir a cualquiera en piedra (ver Gorgonas, Las). Un buho que simbolizaba su sabiduría solía acompañarla a todos los sitios. Homero la comparaba a veces con esta ave, lo que apoya la teoría de que se la adorase a través de un buho o una lechuza. De hecho, esta figura aparece en gran cantidad de monedas acuñadas en Atenas.
El vínculo de la diosa con esta ciudad quedó establecido tras la competición con Poseidón por la provincia de Ática, en la que se encontraba Atenas. El dios del mar utilizó su tridente para crear un pozo que manase desde la Acrópolis, pero Atenea plantó un olivo para impedirlo. Los dioses y diosas que mediaron en el conflicto creyeron que este último era un regalo mejor. De este modo los habitantes eligieron a Atenea para que fuese su patrona y le pusieron a la ciudad su mismo nombre. Los templos más importantes en la Acrópolis son el Erechtheum (Erecteo) y el Parthenon (Partenón), que literalmente significa «la casa de las vírgenes» debido a la condición virginal de la diosa, y están dedicados a ella. El Partenón contiene una impresionante estatua de casi 12 m de alto de la diosa, obra del escultor Fidias. Sus túnicas eran de oro puro. El olivo sagrado ofrecido a la ciudad ocupa un lugar de honor en el complejo. El árbol empezó a crecer milagrosamente después de la destrucción de la Acrópolis a manos de los persas en el año 480 a.C. Incluso hoy día permanece uno de los olivos a la entrada del templo.
martes, 28 de marzo de 2017
Psique
Psique
Psique (en griego la palabra quiere decir “alma”) era una princesa de una belleza tan extraordinaria que la misma diosa Afrodita estaba celosa de ella.Sin embargo, Psique era tan bella que seguía virgen porque su belleza sobrehumana asustaba a sus pretendientes. Afrodita ordenó a su hijo Eros, el dios del amor, que castigara a la atrevida mortal. Por eso, algún tiempo después, un oráculo mandó al padre de Psique, bajo la amenaza de una terrible
calamidad, que llevara a su hija a una roca solitaria donde sería devorada por un monstruo.
Pero el dios Eros, cuando vio a la muchacha que tenía que morir en la boca del monstruo que la esperaba abajo, quedó tan impresionado por su belleza que tropezó y se pinchó con una de sus propias flechas -esas flechas que utilizaba de manera tan eficaz para llevar el amor súbito tanto a los mortales como a los dioses-.
Así fue como Eros se enamoró de la persona que su madre le había mandado eliminar. Temblando, pero resignada, Psique estaba esperando en su roca solitaria la ejecución del oráculo, cuando de repente se sintió suavemente elevada por los vientos; era Céfiro, el viento del Oeste, que la llevó a un valle donde quedó dormida, sobre un verde cesped.
Al despertar, Psique descubrió ante si un magnífico palacio de oro y mármol que comenzó a explorar. Las puertas se abrían y voces incorpóreas la guíaban y se presentaban como sus esclavas.
Cuando cayó la noche y Psique estaba a punto de dormirse, un misterioso ser la abrazó en la oscuridad, explicándole que él era el esposo para el cual estaba destinada. Ella no conseguía ver sus rasgos, pero su voz era dulce y su conversación llena de ternura. Su matrimonio se consumó, pero antes de que volviera la aurora, el extraño visitante desapareció, haciéndole prometer primero a Psique que jamás intentaría ver su rostro.
Psique no estaba descontenta con su nueva vida. No le faltaba de nada excepto su encantador esposo, que sólo iba a visitarla en la oscuridad de la noche. Sin embargo, fue presa de la nostalgia y una noche pidió a su marido que la dejase visitar a sus hermanas. Eros accedió a cambio de lo que le había hecho prometer a Psique.
Visitó entonces a sus dos hermanas que, devoradas por la envidia, sembraron en su corazón las semillas de la sospecha, diciéndole que su esposo debía ser un horrible monstruo para esconderse así de ella. La criticaron tanto que una noche Psique, a pesar de su promesa, se levantó de la cama que compartía con su esposo, con disimulo encendió una lámpara y la sostuvo encima del misterioso rostro.
En vez de un espantoso monstruo, contempló al joven más hermoso del mundo -el propio Eros-. A los pies de la cama estaban su arco y sus flechas. En su conmoción y su gozo, Psique tropezó y se pinchó con una de las flechas, y por eso acabó por enamorarse profundamente del joven dios que antes había aceptado por haberse enamorado él de ella. Pero su movimiento hizo que una gota de aceite caliente cayera sobre el hombro desnudo del dios. Él se despertó enseguida, regañó a Psique por su falta de palabra e inmediatamente desapareció.
El palacio desapareció también, y la pobre Psique se encontró en la roca solitaria otra vez, en una espantosa soledad. Al principio pensó en suicidarse y se tiró a un río que había cerca de allí, pero las aguas la llevaron suavemente a la otra orilla.
Desde entonces ella vagó por el mundo en busca de su perdido amor, perseguida por la ira de Afrodita y obligada por la diosa a someterse a cuatro terribles pruebas, que consiguió superarlas una tras otra, gracias a la ayuda de las criaturas de la Naturaleza -las hormigas, los pájaros, los juncos-.
Finalmente tuvo que descender incluso al mundo subterráneo, a donde ningún mortal puede ir. Tenía que pedirle a Perséfone un frasco de agua de Juvencia -en otras versiones una caja- que le estaba prohibido abrir. Psique desobedeció movida por la curiosidad y quedó sumida en un profundo sueño.
Al final, conmovido por el arrepentimiento de su infeliz esposa, a la que nunca había dejado de amar y proteger, Eros despertó a Psique de un flechazo de su sueño mortal y, subiendo al Olimpo, le pidió permiso a Zeus para que Psique se reuniera con él.
Zeus se lo concedió y le otorgó a Psique la inmortalidad, dándole de comer la Ambrosía. Afrodita olvidó su rencor y la boda de los dos enamorados se celebró en el Olimpo con gran regocijo.
lunes, 27 de marzo de 2017
El caballo de Troya
La mayoría de la gente ha escuchado, o al menos visto en películas la historia de ese enorme caballo de madera que los griegos, valiéndose de artimañas, logran introducir en la ciudad de Troya, para luego apoderarse de ella. Sin embargo, Para conocer esta parte de la historia antigua debemos valernos de los poemas homéricos que forman el contenido de la “Ilíada” y la “Odisea”.
Se cuenta que mientras los griegos buscaban el modo de
entrar en Troya, el inteligente Odiseo (en cierto modo con la ayuda de Atenea)
ordenó la construcción de un enorme caballo de madera. El caballo debía tener
la particularidad de estar hueco por dentro, para que los soldados se pudieran
esconder en él.
Una vez que la estatua de madera fue construida por el
artista Epeo, Odiseo y treinta y nueve guerreros griegos más se introdujeron en
el hueco del caballo. El resto de la flota griega se retiró abandonando al
caballo, para que los troyanos creyeran su retirada, siendo Sinón el único
hombre dejado atrás. Cuando los troyanos se percataron de la presencia del
caballo se maravillaron ante sublime creación, mientras que Sinón fingió estar
furioso con los griegos por haberle dejado atrás.
Sinón les hizo creer a los troyanos que el caballo era un
regalo de los dioses a modo de amuleto para que Grecia ganase la guerra. De
hecho, el tamaño del caballo era inmenso para que los troyanos no lo pudieran
introducir en la ciudad, y así robarles el amuleto que les daría la victoria
definitiva en la guerra.
Casandra, portadora del don de la profecía, se opuso a la
introducción del caballo en la ciudad, ya que sabía que ese sería el fin de
Troya, pero la maldición del dios Apolo evitó que nadie la creyera. Esa misma
noche, los troyanos celebraron lo que creían que era su victoria introduciendo
el caballo en Troya con todo el esfuerzo que fue necesario.
LA CAIDA DE TROYA
Cuando Troya cayó dormida por culpa de los efectos del
alcohol, Sinón dejó salir a los guerreros griegos del caballo, y masacraron al
pueblo troyano. Príamo, el rey de Troya, fue asesinado mientras se acurrucaba
en el altar de Zeus, y Casandra fue arrancada de la estatua de Atenea, violada
y abandonada a su propio destino, un destino que su maldición le impediría
evitar.
EL NUEVO CABALLO DE TROYA
En la actualidad, a pocos kilómetros de la ciudad de
Canakkale, junto al estrecho de Dardanelos, paso obligado entre el Mar Egeo y
el Mar de Mármara, se encuentra la legendaria ciudad de Troya de la que hay
restos que demuestran que, han sido diez, las ciudades que se han construido
una encima de otra.
Y, por si alguien quiere aventurase para ir y conocer otros
sitios, no sería mala idea de escudriñar más por aquellos rumbos para saber un
poco más de historia. O ir, por ejemplo a Turquía, un lugar, una plaza en el
centro de la ciudad de Canakkale, está el caballo empleado para el rodaje de la
última película de Hollywood.
Así mismo, para quien guste del cine, ya podrá darse cuenta
de la gran cantidad de películas que abordan este tema relacionado al famoso Caballo
de Troya.
domingo, 26 de marzo de 2017
La guerra de Troya
Sin duda alguna, una de las mas famosas Guerras de la Historia Griega es la
Guerra de Troya un conjunto de poemas escritos por Homero y que se encuentran en sus libros "la Odisea y la Iliada", que ha inspirado tantos libros, películas e
historias varias que la han hecho mundialmente famosa. Sin embargo, pocos saben cual fue el origen del conflicto: una curiosa disputa divina.
Habiendo sido invitados los dioses y las diosas a las bodas de Tetis y Peleo, solamente la Discordia fue excluida del festín, desterrada como estaba del Olimpo por causa de las continuas disputas y trastornos que entre los dioses promovía, por temor a que ni siquiera en una tan feliz circunstancia cejara en su empeño de sembrar el desorden y la disidencia.
Esta exclusión hirió en lo más vivo a la diosa, y decidió vengarse de la manera más hábil posible, y apareciendo al final de la comida envuelta en una nube, arrojó sobre la mesa una preciosa manzana de oro que llevaba grabado en el costado las palabras a la mas hermosa. Y fue así que se inició una pelea para decidir la dueña del litigioso regalo: la soberbia Hera apelaba a su cualidad de reina de los cielos para ser merecedora de tal honor, la brillante Atenea, a su indudable ejemplaridad y legendario tino en todo aquello que se propusiese, y la lujuriosa Afrodita a su calidad de diosa de la belleza y el amor carnal, sin que ninguno de los otros olímpicos plantearanse siquiera dar la razón a una u otra de ella, por temor a la legendaria ira de las tres diosas.
En mitad de la discusión, Hermes ensalzó los méritos del troyano Paris, hijo del Rey Príamo, y aconsejo a los dioses que le tomaran por árbitro en la disputa. Llevado el príncipe ante las diosas, pusieron estas en juego todas las seducciones posibles para tenerlo favorable. Hera le prometió riquezas, Atenea la gloria de las armas y Afrodita que le daría la más bella mujer del mundo. Afrodita fue la elegida por el príncipe troyano y en medio de los aplausos del Olimpo obtuvo el premio de la belleza, mientras que Hera y Atenea, celosas y humilladas, decidieron perder a Paris, a su familia y a toda la nación troyana.
Fue así que cuando Afrodita cumplió con su palabra y consiguió para Paris los amores de Helena de Esparta, esposa del rey Menelao, que renunció de su patria y abjuró de sus sentimientos de esposa, Hera y Atenea consiguieron urdir la conjura por la cual todos los reinos de Grecia dejaron temporalmente sus diferencias de lado para enviar inmensos ejercitos a la ciudad de Troya para el rescate de la reina confundida por la diosa del amor, dando así comienzo a la larga y cruenta guerra que, tras suponer el fin de muchos insignes héroes griegos, terminó con la destrucción de la misma Troya.
Habiendo sido invitados los dioses y las diosas a las bodas de Tetis y Peleo, solamente la Discordia fue excluida del festín, desterrada como estaba del Olimpo por causa de las continuas disputas y trastornos que entre los dioses promovía, por temor a que ni siquiera en una tan feliz circunstancia cejara en su empeño de sembrar el desorden y la disidencia.
Esta exclusión hirió en lo más vivo a la diosa, y decidió vengarse de la manera más hábil posible, y apareciendo al final de la comida envuelta en una nube, arrojó sobre la mesa una preciosa manzana de oro que llevaba grabado en el costado las palabras a la mas hermosa. Y fue así que se inició una pelea para decidir la dueña del litigioso regalo: la soberbia Hera apelaba a su cualidad de reina de los cielos para ser merecedora de tal honor, la brillante Atenea, a su indudable ejemplaridad y legendario tino en todo aquello que se propusiese, y la lujuriosa Afrodita a su calidad de diosa de la belleza y el amor carnal, sin que ninguno de los otros olímpicos plantearanse siquiera dar la razón a una u otra de ella, por temor a la legendaria ira de las tres diosas.
En mitad de la discusión, Hermes ensalzó los méritos del troyano Paris, hijo del Rey Príamo, y aconsejo a los dioses que le tomaran por árbitro en la disputa. Llevado el príncipe ante las diosas, pusieron estas en juego todas las seducciones posibles para tenerlo favorable. Hera le prometió riquezas, Atenea la gloria de las armas y Afrodita que le daría la más bella mujer del mundo. Afrodita fue la elegida por el príncipe troyano y en medio de los aplausos del Olimpo obtuvo el premio de la belleza, mientras que Hera y Atenea, celosas y humilladas, decidieron perder a Paris, a su familia y a toda la nación troyana.
Fue así que cuando Afrodita cumplió con su palabra y consiguió para Paris los amores de Helena de Esparta, esposa del rey Menelao, que renunció de su patria y abjuró de sus sentimientos de esposa, Hera y Atenea consiguieron urdir la conjura por la cual todos los reinos de Grecia dejaron temporalmente sus diferencias de lado para enviar inmensos ejercitos a la ciudad de Troya para el rescate de la reina confundida por la diosa del amor, dando así comienzo a la larga y cruenta guerra que, tras suponer el fin de muchos insignes héroes griegos, terminó con la destrucción de la misma Troya.
sábado, 25 de marzo de 2017
Las Moiras
Las Moiras son las personificación del destino de cada cual, de la suerte que le corresponde en este mundo. En principio, todo el mundo tiene su Moira, que significa su parte (de vida, de felicidad, de desgracia, etc.).
Luego, esta abstracción se convirtió muy pronto en una divinidad, tendiendo a parecerse a Ceres, aunque sin llegar nunca a ser un demonio violento y sanguinario como ella. Impersonal, la Moira es inflexible como el destino; encarna una ley que ni los mismos dioses pueden transgredir sin poner en peligro el orden del universo.
La Moira es la que impide a tal o cual dios acudir en socorro de un héroe determinado en el campo de batalla cuando ha llegado su “hora”.
Poco a poco parece haberse desarrollado la idea de una Moira universal que domina el destino de todos los humanos, y, sobre todo, después de la epopeya homérica, la idea de tres Moiras (Parcas), Cloto, Láquesis y Átropo que, para cada mortal, regulaban la duración de la vida desde el nacimiento hasta la muerte, con ayuda de un hilo que la primera hilaba, la segunda enrollaba y la tercera cortaba cuando la correspondiente existencia llegaba a su término.
Estas tres hilanderas son hijas de Zeus y de Temis, y hermanas de las Horas, divinidades de las Estaciones y que en una época más tardía llegaron a personificar las Horas del día. Según otra genealogía, eran hijas de la Noche, como las Ceres, y, por consiguiente, pertenecían a la primera generación divina, la de las fuerzas elementales del mundo.
Tienden a veces a formar un grupo con Ilitía, divinidad, como ellas, del nacimiento. Asimismo se encuentran citadas junto a Tique (la Suerte), que encarna una noción afín.
Las Moiras no poseen leyenda propiamente dicha. Apenas son más que el símbolo de una concepción del mundo, mitad filosófica, mitad religiosa.
viernes, 24 de marzo de 2017
Edipo y el destino
Supongo que este nombre se te hara familiar de tus clases de psicologia, el famoso complejo de Edipo postulado por Sigmund Freud que se refiere al tipo de sentimientos contradictorios de amor y odio que nacen en el niño del deseo inconsciente de mantener una relacion sexual con su madre y eliminar al padre. La version femenia de este complejo es el complejo de Electra.
Freud toma prestado el nombre de la famosa tragedia de Sófocles, Edipo Rey.
Layo, rey de Tebas, había recibido el oráculo de que si engendrase alguna vez un hijo, el niño, una vez adulto, le daría muerte. Sin embargo, estando ebrio, se unió a su esposa Yocasta, y tuvo un hijo en Tebas. Al nacer el niño, Layo le atravesó con fabulas los pies y lo entregó a un pastor para que lo abandonara. Layo esperaba escapar así del oráculo puesto que matarlo directamente habría sido una impiedad y creía que nadie recogería a un recién nacido con los pies atravesados. Así pues, fue abandonado en el monte Citerón pero fue hallado por otros pastores que lo entregaron al rey Pólibo de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados.
Al llegar a la pubertad, Edipo, por habladurías de sus compañeros de
juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir
de dudas visitó el Oráculo de Delfos,
que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre.
Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no
regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprendió un viaje y,
en el camino hacia Tebas, Edipo se encontró con Layo, que viajaba a
Delfos, en una encrucijada. El heraldo de Layo, Polifontes
ordenó a Edipo que le cediera el paso pero ante la demora de éste, mató
a uno de sus caballos. Edipo se encolerizó y mató a Polifontes y a Layo
sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. El rey de Tebas
pasó a ser cuñado de Layo, hermano de su esposa Yocasta.
Más tarde Edipo encontró a la esfinge, un monstruo enviado por Hera que se había aposentado en el monte Ficio y daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, incluido Hemón, el hijo de Creonte y atormentando al reino de Tebas. Al acertijo de: «¿cuál es el ser vivo que cuando es pequeño anda a cuatro patas, cuando es adulto anda a dos y cuando es mayor anda a tres?», Edipo respondió correctamente que es el hombre puesto que cuando es un bebé gatea, camina con sus dos piernas cuando es adulto y cuando es anciano se apoya sobre un bastón.Había también otro acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera». Edipo contestó: el día y la noche.Furiosa, la Esfinge se suicidó lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas. Como premio, Edipo fue nombrado rey y se casó con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tuvo con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona y los dos hermanos se enfrentarían más tarde entre ellos a muerte por el trono tebano. Otra tradición afirma que los hijos de Edipo no fueron de Yocasta sino de Eurígiana.
Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Sobre lo que sucedió a partir de ese momento circulan múltiples versiones:
Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se dio muerte, colgándose en el palacio. En versiones alternativas, siguió viviendo hasta que en el ataque de los siete contra Tebas sus hijos se dieron muerte el uno al otro, momento en el que ella se suicidó.
Edipo se quitó los ojos con los broches del vestido de Yocasta, huyó o fue exiliado de Tebas, o fue encerrado por sus hijos en el palacio, o siguió reinando en Tebas por algún tiempo. Maldijo a sus hijos Polinices y Eteocles y sólo su hija Antígona le acompañaba en su destierro para servirle de guía.
En Colono, fue acogido por el héroe mítico Teseo y allí murió. Se decía que su tumba se encontraba en un santuario de las Euménides que había entre la Acrópolis y el Areópago de Atenas.
Sin embargo, existía otra tradición, recogida por Liísimaco de Alejandía que decía que, cuando murió Edipo, los habitantes de Tebas y de otra aldea beocia llamada Ceo no quisieron que sus restos quedaran enterrados en sus territorios y su cuerpo fue transportado a Eteono, donde fue enterrado, de noche, en un recinto consagrado a Deménter Cuando los habitantes de Eteono se enteraron del hecho, consultaron el oráculo sobre lo que debían hacer y la respuesta fue que no se debía turbar al adorador de la diosa, por tanto los restos quedaron enterrados allí.
La historia plantea una pregunta que todos alguna vez todos hemos tenido ¿Somos dueños de nuestro destino?
Freud toma prestado el nombre de la famosa tragedia de Sófocles, Edipo Rey.
Layo, rey de Tebas, había recibido el oráculo de que si engendrase alguna vez un hijo, el niño, una vez adulto, le daría muerte. Sin embargo, estando ebrio, se unió a su esposa Yocasta, y tuvo un hijo en Tebas. Al nacer el niño, Layo le atravesó con fabulas los pies y lo entregó a un pastor para que lo abandonara. Layo esperaba escapar así del oráculo puesto que matarlo directamente habría sido una impiedad y creía que nadie recogería a un recién nacido con los pies atravesados. Así pues, fue abandonado en el monte Citerón pero fue hallado por otros pastores que lo entregaron al rey Pólibo de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados.
Retorno de Edipo a Tebas
(Y el origen de los acertijos de tu maestro de filosofía)
Más tarde Edipo encontró a la esfinge, un monstruo enviado por Hera que se había aposentado en el monte Ficio y daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, incluido Hemón, el hijo de Creonte y atormentando al reino de Tebas. Al acertijo de: «¿cuál es el ser vivo que cuando es pequeño anda a cuatro patas, cuando es adulto anda a dos y cuando es mayor anda a tres?», Edipo respondió correctamente que es el hombre puesto que cuando es un bebé gatea, camina con sus dos piernas cuando es adulto y cuando es anciano se apoya sobre un bastón.Había también otro acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera». Edipo contestó: el día y la noche.Furiosa, la Esfinge se suicidó lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas. Como premio, Edipo fue nombrado rey y se casó con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tuvo con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona y los dos hermanos se enfrentarían más tarde entre ellos a muerte por el trono tebano. Otra tradición afirma que los hijos de Edipo no fueron de Yocasta sino de Eurígiana.
Destierro y Muerte
Al poco, una terrible plaga o escasez de alimentos cayó sobre la
ciudad, ya que el asesino de Layo no había pagado por su crimen y
contaminaba con su presencia a toda la ciudad.Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Sobre lo que sucedió a partir de ese momento circulan múltiples versiones:
Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se dio muerte, colgándose en el palacio. En versiones alternativas, siguió viviendo hasta que en el ataque de los siete contra Tebas sus hijos se dieron muerte el uno al otro, momento en el que ella se suicidó.
Edipo se quitó los ojos con los broches del vestido de Yocasta, huyó o fue exiliado de Tebas, o fue encerrado por sus hijos en el palacio, o siguió reinando en Tebas por algún tiempo. Maldijo a sus hijos Polinices y Eteocles y sólo su hija Antígona le acompañaba en su destierro para servirle de guía.
En Colono, fue acogido por el héroe mítico Teseo y allí murió. Se decía que su tumba se encontraba en un santuario de las Euménides que había entre la Acrópolis y el Areópago de Atenas.
Sin embargo, existía otra tradición, recogida por Liísimaco de Alejandía que decía que, cuando murió Edipo, los habitantes de Tebas y de otra aldea beocia llamada Ceo no quisieron que sus restos quedaran enterrados en sus territorios y su cuerpo fue transportado a Eteono, donde fue enterrado, de noche, en un recinto consagrado a Deménter Cuando los habitantes de Eteono se enteraron del hecho, consultaron el oráculo sobre lo que debían hacer y la respuesta fue que no se debía turbar al adorador de la diosa, por tanto los restos quedaron enterrados allí.
La historia plantea una pregunta que todos alguna vez todos hemos tenido ¿Somos dueños de nuestro destino?
jueves, 23 de marzo de 2017
La Iliada y la odisea
La Iliada
En la Ilíada se narran diversos acontecimientos de la Guerra de Troya. El griego Aquiles se enfada con Agamenón, el caudillo de los griegos que habían ido a Troya a rescatar a Helena. Los troyanos ponen en apuros a los griegos, por lo que Patroclo, amigo de Aquiles, sale a luchar y muere a manos del troyano Héctor. |
martes, 21 de marzo de 2017
Teseo y el Minotuaro
Mientras Hércules es el héroe por excelencia, pero con un carácter
más universal, ya que su padre fue Zeus y alcanzó la categoría de
semidiós, Teseo, mucho más modesto, es el héroe ateniense por
antonomasia, mucho más humano. En su vida realizo muchas azañas pero la mas conocida y la que abarca el tema del blog de este dia es sobre como vencio al Minotuaro.
Atenas debía enviar un tributo al rey Minos de Creta, que consistía en el sacrificio de siete doncellas y siete jóvenes, que serían devorados por el monstruo Minotauro, y que fue una condición impuesta tras la expedición militar de Minos contra Atenas para vengar la muerte de Androgeo.
Teseo se presentó voluntariamente en el tercer envío ante su padre para que le permitiera ser parte de la ofrenda y lo dejara acompañar a las víctimas para poder enfrentarse al Minotauro.
Las naves en las que iban a viajar las personas ofrendadas llevaban velas negras como señal de luto, pero el rey pidió a Teseo que si regresaba vencedor, no olvidase cambiarlas por velas blancas, para que supiera, aún antes de que llegase a puerto, que estaba vivo. Teseo se lo prometió.
Durante la travesía, Minos, que iba también en la expedición, se enamoró de una joven llamada Eribea o Peribea, según las fuentes. Minos quiso unirse a ella por la fuerza y Teseo se le opuso. En la consiguiente disputa, Minos indicó a Teseo su filiación divina, y obtuvo de su padre Zeus truenos y relámpagos. Teseo replicó que él también tenía filiación divina, puesto que en realidad era hijo de Poseidón. Para probar esta filiación, Teseo tuvo que tirarse al agua y encontrar un anillo de oro que el rey Minos había arrojado al mar. Teseo, en el mar, fue conducido por delfines a presencia de Anfítrite, esposa de Poseidón, que le dio el anillo y una corona.
Al llegar a Creta, la princesa Ariadna se enamoró de él y propuso a Teseo ayudarlo a derrotar a su hermano (el Minotauro) a cambio de que se la llevara con él de vuelta a Atenas y la convirtiera en su esposa. Teseo aceptó.
La ayuda de Ariadna consistió en dar a Teseo un ovillo de hilo que este ató por uno de los extremos a la puerta del laberinto. Otra versión indica que la ayuda de Ariadna consistió en una corona que emitía un resplandor y que le había dado Dioniso como regalo de boda o bien que podría ser la misma corona que le había regalado Anfítrite durante el viaje a Creta.
Así Teseo entró en el laberinto hasta encontrarse con el Minotauro,
al que dio muerte a puñetazos. A continuación recogió el hilo y así pudo
salir del laberinto e inmediatamente, acompañado por el resto de
atenienses y por Ariadna, embarcó de vuelta a Atenas, tras hundir los
barcos cretenses para impedir una posible persecución.
Durante el viaje de vuelta, Teseo decidió desembarcar en la isla de Naxos o en otra isla llamada Día y de allí volvió a partir sin la presencia de Ariadna. El motivo de este abandono es controvertido: algunas versiones señalan que Teseo la abandonó por su propia voluntad, otros dicen que fue por orden de los dioses para que esta pudiera casarse con Dioniso.
Al divisar la galera desde el puerto de El Pireo en Atenas, el rey Egeo vio las velas negras puesto que Teseo había olvidado cambiarlas por velas blancas y, creyendo que su hijo había muerto, se suicidó lanzándose al mar, que a partir de entonces recibió el nombre de mar Egeo.
Teseo, a partir de entonces, heredó el trono de Atenas y años después se casaría con una hermana de Ariadna llamada Fedra. Y todos vivieron felices para siempre.
Teseo se presentó voluntariamente en el tercer envío ante su padre para que le permitiera ser parte de la ofrenda y lo dejara acompañar a las víctimas para poder enfrentarse al Minotauro.
Las naves en las que iban a viajar las personas ofrendadas llevaban velas negras como señal de luto, pero el rey pidió a Teseo que si regresaba vencedor, no olvidase cambiarlas por velas blancas, para que supiera, aún antes de que llegase a puerto, que estaba vivo. Teseo se lo prometió.
Durante la travesía, Minos, que iba también en la expedición, se enamoró de una joven llamada Eribea o Peribea, según las fuentes. Minos quiso unirse a ella por la fuerza y Teseo se le opuso. En la consiguiente disputa, Minos indicó a Teseo su filiación divina, y obtuvo de su padre Zeus truenos y relámpagos. Teseo replicó que él también tenía filiación divina, puesto que en realidad era hijo de Poseidón. Para probar esta filiación, Teseo tuvo que tirarse al agua y encontrar un anillo de oro que el rey Minos había arrojado al mar. Teseo, en el mar, fue conducido por delfines a presencia de Anfítrite, esposa de Poseidón, que le dio el anillo y una corona.
Al llegar a Creta, la princesa Ariadna se enamoró de él y propuso a Teseo ayudarlo a derrotar a su hermano (el Minotauro) a cambio de que se la llevara con él de vuelta a Atenas y la convirtiera en su esposa. Teseo aceptó.
La ayuda de Ariadna consistió en dar a Teseo un ovillo de hilo que este ató por uno de los extremos a la puerta del laberinto. Otra versión indica que la ayuda de Ariadna consistió en una corona que emitía un resplandor y que le había dado Dioniso como regalo de boda o bien que podría ser la misma corona que le había regalado Anfítrite durante el viaje a Creta.
Durante el viaje de vuelta, Teseo decidió desembarcar en la isla de Naxos o en otra isla llamada Día y de allí volvió a partir sin la presencia de Ariadna. El motivo de este abandono es controvertido: algunas versiones señalan que Teseo la abandonó por su propia voluntad, otros dicen que fue por orden de los dioses para que esta pudiera casarse con Dioniso.
Al divisar la galera desde el puerto de El Pireo en Atenas, el rey Egeo vio las velas negras puesto que Teseo había olvidado cambiarlas por velas blancas y, creyendo que su hijo había muerto, se suicidó lanzándose al mar, que a partir de entonces recibió el nombre de mar Egeo.
Teseo, a partir de entonces, heredó el trono de Atenas y años después se casaría con una hermana de Ariadna llamada Fedra. Y todos vivieron felices para siempre.
Wikis y Blogs
Wikis: Son sitios web en los cuales se recopila la información de distintas fuentes sobre diversos temas. Estos sitios tienen la particularidad de poder ser editados por usuarios ajenos al mantenimiento del sitio web. Son usualmente usadas para dar una informacion mas detallada de series de televison o peliculas creados por un grupo de un fandom. O de informacion mas general como es el caso de la famosa y, nuestra salvadora, wikipedia.
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lunes, 20 de marzo de 2017
Hades
Hades
(Plutón, en latín) es hijo de Crono y Hera y hermano de Zeus, Posidón,
Hera y Deméter. Con Zeus y Posidón, es uno de los tres soberanos que se
repartieron el imperio del Universo después de su victoria contra los
Titanes: a Hades se le atribuyó el mundo subterráneo, los Infiernos, o
Tártaro.
Al nacer, fue tragado por Crono y luego expulsado (como a sus hermanos); participó en la lucha contra los Titanes, y los Cíclopes lo armaron con un casco que volvía invisible al que lo llevaba.
Hades reina en los Infiernos, sobre los muertos, siendo un amo despiadado que no permite a ninguno de sus súbditos a volver a la tierra. Asistido por demonios y todo tipo de genios (Caronte, el barquero, por ejemplo), tiene a su lado a Perséfone, no menos cruel. Ésta había sido raptada en los llanos de Sicilia mientras jugaba y cogía flores con sus compañeras. Perséfone era sobrina de Hades, y él estaba enamorado de ella, pero Zeus, su padre, no había consentido en el matrimonio porque le repugnaba que se quedase eternamente encerrada en el Tártaro. Por eso Hades resolvió raptarla. Más tarde, Zeus ordenó a Hades que Perséfone fuese devuelta a su madre, pero Hades había hecho que su esposa comiera un grano de granada, pues quienquiera que visita el Tártaro y toma en él un alimento cualquiera no puede volver ya al mundo de los vivos. Así pues, Perséfone se vio forzada a permanecer una tercera parte del año junto a Hades.
Hades tambíen interviene en otro mito. La Ilíada cuenta que, cuando Heracles descendió a los Infiernos, Hades quiso impedirle la entrada en su reino y se enfrentó con él; pero Heracles lo hirió de un flechazo en el hombro y el dios tuvo que ser conducido rápidamente al Olimpo, donde Péan, el "dios que cura", le aplicó un bálsamo milagroso, que le cicatrizó rápidamente la herida. Hay variantes que muestran a Heracles abatiendo al dios de una pedrada, pero sea lo que fuera la victoria quedó para el hijo de Zeus.
De hecho, el nombre significa "el Invisible", raramente mencionado, ya que de hacerlo se temía excitar su cólera. Por esta razón se le designaba por medio de eufemismos -el más corriente era Plutón "el Rico" (en Grecia clásica Plutón era epíteto de rico), aludiendo a las riquezas inagotables de la tierra, tanto las de la tierra cultivada como las de las minas que encierra-.
Hades es el dios de los muertos. En la religión oficial
griega todas las almas se dirigen en el Hades, aunque también habían
diversas sectas que prometían otra salvación (rituales órficos,
dionisíacos,...).
Al nacer, fue tragado por Crono y luego expulsado (como a sus hermanos); participó en la lucha contra los Titanes, y los Cíclopes lo armaron con un casco que volvía invisible al que lo llevaba.
Hades reina en los Infiernos, sobre los muertos, siendo un amo despiadado que no permite a ninguno de sus súbditos a volver a la tierra. Asistido por demonios y todo tipo de genios (Caronte, el barquero, por ejemplo), tiene a su lado a Perséfone, no menos cruel. Ésta había sido raptada en los llanos de Sicilia mientras jugaba y cogía flores con sus compañeras. Perséfone era sobrina de Hades, y él estaba enamorado de ella, pero Zeus, su padre, no había consentido en el matrimonio porque le repugnaba que se quedase eternamente encerrada en el Tártaro. Por eso Hades resolvió raptarla. Más tarde, Zeus ordenó a Hades que Perséfone fuese devuelta a su madre, pero Hades había hecho que su esposa comiera un grano de granada, pues quienquiera que visita el Tártaro y toma en él un alimento cualquiera no puede volver ya al mundo de los vivos. Así pues, Perséfone se vio forzada a permanecer una tercera parte del año junto a Hades.
Hades tambíen interviene en otro mito. La Ilíada cuenta que, cuando Heracles descendió a los Infiernos, Hades quiso impedirle la entrada en su reino y se enfrentó con él; pero Heracles lo hirió de un flechazo en el hombro y el dios tuvo que ser conducido rápidamente al Olimpo, donde Péan, el "dios que cura", le aplicó un bálsamo milagroso, que le cicatrizó rápidamente la herida. Hay variantes que muestran a Heracles abatiendo al dios de una pedrada, pero sea lo que fuera la victoria quedó para el hijo de Zeus.
De hecho, el nombre significa "el Invisible", raramente mencionado, ya que de hacerlo se temía excitar su cólera. Por esta razón se le designaba por medio de eufemismos -el más corriente era Plutón "el Rico" (en Grecia clásica Plutón era epíteto de rico), aludiendo a las riquezas inagotables de la tierra, tanto las de la tierra cultivada como las de las minas que encierra-.
El culto a Hades
domingo, 19 de marzo de 2017
Heracles o el famoso Hercules.
Todos alguna vez hemos la animacion creada por Disney sobre el hijo de Zeus que por la malicia de Hades fue mandado a sufrir lasa penurias de la tierra como un ser humano, pero que logro vencer cualquier obstaculo que se le era impuesto para ganar de nuevo las escalera al olimpo. Si, hablamos de la hermosa animacion que tiene a unas divertidas mujercitas musicalizando la pelicula, una cancion recordara por las niñas de los 90s interpretada por Tatiana antes de que su carrera musical desapareciera y uno de los mejores villanos que Disney ha podido crear: Hablamos de Hercules.
Pero como todo lo que Disney toma y transforma, la historia original no tiene finales de cuento de hadas o un musical de por medio, es un poco mas cruda y claro contiene mucha sangre. Demasiada.
Comencemos. Primero, el mistico heroes dueño de nuestros suspieros se llamaba Hercules en la mitolgia romana, pero en la mitologia griega era llamado Heracles.
Era hijo de Zeus y Alcmena, una mujer mortal que se encontraba casada con Anfitrión, Rey de Tirinto, Zeus sabiendo que Alcmena era muy fiel a su esposo aprovecho su la ausensia en este para ir a la guerra para descender del cielo, tomar la forma de su esposo y tomarla, ordenando al sol que no saliera durante tres días para permanecer una larga noche de amor junto ella.
Posteriormente también el verdadero Anfitrión se acostó con ella. De estas uniones nacieron Heracles, hijo de Zeus, e Ificles, hijo de Anfitrión
Anfitrión deseando saber cuál de los dos era su hijo, envió dos serpientes que se aproximaron a la cuna de los mellizos. El terror se apoderó de Ificles, quien quiso huir, pero Heracles despedazó a las serpientes y mostró ya entonces, que era digno hijo de Zeus.
Por otro lado, Hera, hermana y esposa de Zeus, movida por los celos, resolvió eliminar al recién nacido enviando contra él a dos terribles dragones para que le despedazasen. El niño, sin el menor espanto, los trituró e hizo pedazos.
Palas logró que se apaciguara la cólera de Hera hasta el extremo de que la reina de los dioses consintió en darle de mamar de su pecho al hijo de Almena. Se cuenta que Heracles, abandonando el pecho, dejó caer algunas gotas de leche que se derramaron sobre el cielo, formándose de esta singular manera la vía láctea o camino de Santiago.
Los maestros más hábiles se encargaron de la educación de Heracles, Autólico le enseñó la lucha y la conducción de carros; Eurito, rey de Elia, el manejo del arco: Eumolpo, el canto; Cástor y Pólux, la gimnasia; Elio, le enseñaba a tocar la lira y el centauro Quirón, la astronomía y medicina.
Su desarrollo físico fue extraordinario y su fuerza portentosa. Heracles era un gran bebedor, y su jarro era tan enorme que se necesitaba la fuerza de dos hombres para levantarlo.
Ya mozo, Heracles se retiró a un lugar apartado para pensar a que género de vida se habría de dedicar.
En esta oportunidad se le aparecieron dos mujeres de elevada estatura, una de las cuales, la Virtud, era hermosa, tenía un rostro majestuoso y lleno de dignidad, el pudor en sus ojos, la modestia grabada en sus facciones y vestía de blanco. La otra llamada, Afeminación o Voluptuosidad, de líneas onduladas y color rosado, miradas encendidas y llamativo vestido, manifestaba claramente sus inclinaciones.
Cada una de las dos procuró ganarlo para sí con promesas, decidiéndose Heracles por la Virtud. Abrazó así el héroe por su propia voluntad un género de vida duro y trabajoso.
Cuando Heracles creció, Hera vertió en su copa un veneno que lo enloqueció y esta locura hizo que Heracles matara a su mujer y a sus propios hijos confundiéndolos con enemigos. Como castigo fue enviado con el primo de Hera, Euristeo, para servirle por 12 años. Euristeo, estimulado por Hera, siempre vengativa, le encomendó las empresas mas duras y difíciles, las cuales se llamaron los doce trabajos de Heracles. Estas fueron: El león de Nemea, la hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, las aves de Stinfálidas, la cierva de Artemisa, el toro de Creta, los establos de Augías, robar los caballos de Diomedes, robar las manzanas de las Hespérides, arrebatar el cinturón de Hipólita, dar muerte al monstruo Gerión, y arrastrar a Cerbero fuera de los infiernos.
De todos ellos salió victorioso el héroe y son otros muchos los que asimismo se le atribuyen, pues casi todas las ciudades de Grecia se vanagloriaban de haber sido teatro de algún hecho maravilloso de Heracles. Exterminó a los centauros, mató a Busilis, Anteo, Hipocoón, Laomedonte, Caco y a otros muchos tiranos; libró a Hesione del monstruo que iba a devorarla, y a Prometeo del águila que le comía el hígado, separó los dos montes llamados más tarde columnas de Heracles, etc.
El amor, pese a las numerosas hazañas realizadas por el héroe, ocupó intensamente el espíritu y el cuerpo de Heracles. Tuvo muchas mujeres y gran número de amantes. Las más conocidas son Megara, Onfalia, Augea, Deyanira y la joven Hebe, con la cual se casó en el cielo, sin olvidar las cincuenta hijas de Testio, a las cuales hizo madres en una noche.
El odio del centauro Neso, unido a los celos de Deyanira, fueron la causa de la muerte del héroe. Sabedora esta princesa de los nuevos amores de su esposo, le envió una túnica teñida con la sangre del centauro, creyendo que con ello impediría que amara a otras mujeres. Pero apenas se la puso el veneno del que estaba impregnada hizo sentir su funesto efecto, y penetrando a través de la piel, llegó en un momento hasta los huesos. En vano procuró arrancarla de sus espaldas; la túnica fatal estaba tan pegada a la piel que sus pedazos arrastraban tiras de carne.
Las más espantosas imprecaciones contra la perfidia de su esposa brotaron de los labios del héroe, y comprendiendo que se acercaba su última hora, constituyó una pira en el monte Oeta, extendió sobre ella su piel de león, y echándose encima mandó a Flictetes que prendiera fuego y cuidase sus cenizas.
En el mismo instante en que comenzó a arder la pira, se dice que cayó un rayo sobre ella para purificar lo que pudiera quedar de mortal en Heracles. Zeus lo subió al Olimpo y lo colocó entre los semidioses.
Pero como todo lo que Disney toma y transforma, la historia original no tiene finales de cuento de hadas o un musical de por medio, es un poco mas cruda y claro contiene mucha sangre. Demasiada.
Comencemos. Primero, el mistico heroes dueño de nuestros suspieros se llamaba Hercules en la mitolgia romana, pero en la mitologia griega era llamado Heracles.
Era hijo de Zeus y Alcmena, una mujer mortal que se encontraba casada con Anfitrión, Rey de Tirinto, Zeus sabiendo que Alcmena era muy fiel a su esposo aprovecho su la ausensia en este para ir a la guerra para descender del cielo, tomar la forma de su esposo y tomarla, ordenando al sol que no saliera durante tres días para permanecer una larga noche de amor junto ella.
Posteriormente también el verdadero Anfitrión se acostó con ella. De estas uniones nacieron Heracles, hijo de Zeus, e Ificles, hijo de Anfitrión
Anfitrión deseando saber cuál de los dos era su hijo, envió dos serpientes que se aproximaron a la cuna de los mellizos. El terror se apoderó de Ificles, quien quiso huir, pero Heracles despedazó a las serpientes y mostró ya entonces, que era digno hijo de Zeus.
Por otro lado, Hera, hermana y esposa de Zeus, movida por los celos, resolvió eliminar al recién nacido enviando contra él a dos terribles dragones para que le despedazasen. El niño, sin el menor espanto, los trituró e hizo pedazos.
Palas logró que se apaciguara la cólera de Hera hasta el extremo de que la reina de los dioses consintió en darle de mamar de su pecho al hijo de Almena. Se cuenta que Heracles, abandonando el pecho, dejó caer algunas gotas de leche que se derramaron sobre el cielo, formándose de esta singular manera la vía láctea o camino de Santiago.
Los maestros más hábiles se encargaron de la educación de Heracles, Autólico le enseñó la lucha y la conducción de carros; Eurito, rey de Elia, el manejo del arco: Eumolpo, el canto; Cástor y Pólux, la gimnasia; Elio, le enseñaba a tocar la lira y el centauro Quirón, la astronomía y medicina.
Su desarrollo físico fue extraordinario y su fuerza portentosa. Heracles era un gran bebedor, y su jarro era tan enorme que se necesitaba la fuerza de dos hombres para levantarlo.
Ya mozo, Heracles se retiró a un lugar apartado para pensar a que género de vida se habría de dedicar.
En esta oportunidad se le aparecieron dos mujeres de elevada estatura, una de las cuales, la Virtud, era hermosa, tenía un rostro majestuoso y lleno de dignidad, el pudor en sus ojos, la modestia grabada en sus facciones y vestía de blanco. La otra llamada, Afeminación o Voluptuosidad, de líneas onduladas y color rosado, miradas encendidas y llamativo vestido, manifestaba claramente sus inclinaciones.
Cada una de las dos procuró ganarlo para sí con promesas, decidiéndose Heracles por la Virtud. Abrazó así el héroe por su propia voluntad un género de vida duro y trabajoso.
Cuando Heracles creció, Hera vertió en su copa un veneno que lo enloqueció y esta locura hizo que Heracles matara a su mujer y a sus propios hijos confundiéndolos con enemigos. Como castigo fue enviado con el primo de Hera, Euristeo, para servirle por 12 años. Euristeo, estimulado por Hera, siempre vengativa, le encomendó las empresas mas duras y difíciles, las cuales se llamaron los doce trabajos de Heracles. Estas fueron: El león de Nemea, la hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, las aves de Stinfálidas, la cierva de Artemisa, el toro de Creta, los establos de Augías, robar los caballos de Diomedes, robar las manzanas de las Hespérides, arrebatar el cinturón de Hipólita, dar muerte al monstruo Gerión, y arrastrar a Cerbero fuera de los infiernos.
De todos ellos salió victorioso el héroe y son otros muchos los que asimismo se le atribuyen, pues casi todas las ciudades de Grecia se vanagloriaban de haber sido teatro de algún hecho maravilloso de Heracles. Exterminó a los centauros, mató a Busilis, Anteo, Hipocoón, Laomedonte, Caco y a otros muchos tiranos; libró a Hesione del monstruo que iba a devorarla, y a Prometeo del águila que le comía el hígado, separó los dos montes llamados más tarde columnas de Heracles, etc.
El amor, pese a las numerosas hazañas realizadas por el héroe, ocupó intensamente el espíritu y el cuerpo de Heracles. Tuvo muchas mujeres y gran número de amantes. Las más conocidas son Megara, Onfalia, Augea, Deyanira y la joven Hebe, con la cual se casó en el cielo, sin olvidar las cincuenta hijas de Testio, a las cuales hizo madres en una noche.
El odio del centauro Neso, unido a los celos de Deyanira, fueron la causa de la muerte del héroe. Sabedora esta princesa de los nuevos amores de su esposo, le envió una túnica teñida con la sangre del centauro, creyendo que con ello impediría que amara a otras mujeres. Pero apenas se la puso el veneno del que estaba impregnada hizo sentir su funesto efecto, y penetrando a través de la piel, llegó en un momento hasta los huesos. En vano procuró arrancarla de sus espaldas; la túnica fatal estaba tan pegada a la piel que sus pedazos arrastraban tiras de carne.
Las más espantosas imprecaciones contra la perfidia de su esposa brotaron de los labios del héroe, y comprendiendo que se acercaba su última hora, constituyó una pira en el monte Oeta, extendió sobre ella su piel de león, y echándose encima mandó a Flictetes que prendiera fuego y cuidase sus cenizas.
En el mismo instante en que comenzó a arder la pira, se dice que cayó un rayo sobre ella para purificar lo que pudiera quedar de mortal en Heracles. Zeus lo subió al Olimpo y lo colocó entre los semidioses.
sábado, 18 de marzo de 2017
Mitología Griega "Origen del ser humano"
Según la mitología griega, hace miles de años, en épocas muy
remotas, en este planeta sólo existían dioses con poderes sobrenaturales y vida
eterna.
Para realizar esta tarea, Zeus pidió a los hijos del Titán
Jápeto que les proporcionaran a todos los animales las cualidades necesarias.
Cumpliendo con este requerimiento le fue otorgado a cada
animal, un don diferente; a uno le tocó la belleza, a otro la fuerza, a otro la
rapidez para desplazarse, a otro un gran tamaño, a otro la sagacidad; dejando
para el final al hombre. Por lo tanto, quedó el ser humano desnudo, sin
defensas y sin armas de ninguna clase.
Al ver Prometeo tamaña injusticia, despojó a la diosa Atenea
de su sabiduría y le otorgó al hombre la lógica, robó el fuego a Hefesto y
también se lo entregó, protegiéndolo y enseñándole todo cuanto sabía.
Al enterarse Zeus que los dioses habían creado a un ser
humano semejante a ellos, reaccionó con ira y descargó rayos y truenos,
dirigiendo toda su cólera hacia el dios Prometeo que fue encadenado en el Monte
Cáucaso cerca del fin del universo.
A ese lugar llegaba todos los amaneceres un águila que le
roía el hígado, el que le volvía a crecer durante la noche, para ser nuevamente
ingerido por el ave a la mañana siguiente.
Prometeo sufrió esa condena durante treinta años, hasta que
Hércules lo liberó de tan espantoso sufrimiento.
Por orden de Zeus, Atenea y Hefesto, crearon a la primera
mujer, Pandora, para castigar a los hombres por la falta cometida por Prometeo.
Hefesto, dios del fuego, era herrero, y en su herrería
modeló a la primera mujer a quien todos los dioses le concedieron una gracia.
Así recibió belleza, gracia, inteligencia, habilidad y poder de persuación,
pero Hermes la hizo astuta y engañadora y Hera le dio la curiosidad que fue lo
que le quitaría la tranquilidad y la paz.
Zeus, por su parte, le envió a esa bella mujer, Pandora, a
Epimeteo quien profundamente conmovido por su belleza decidió desposarla.
Como regalo de bodas Pandora recibió de Zeus una preciosa
caja de oro y piedras preciosas, con la advertencia que jamás la abrieran si
querían ser felices.
Por mucho tiempo la pareja vivió feliz; la vida era
paradisíaca, no existían los problemas ni los sufrimientos. Permanecían siempre
jóvenes y la vejez no era una amenaza; ya que sólo cuando se sentían cansados
de tanto vivir, se acostaban a dormir y dulcemente se transformaban en seres
transparentes y livianos que volaban hacia un lugar tranquilo y mágico.
Pero la curiosidad pudo más en Pandora y a pesar de la
advertencia un día decidió abrir la enigmática caja.
Ni bien estuvo abierta, emergieron de ella primero todas las
desdichas de la tierra para los hombres y por último en forma de pájaro salió
volando la esperanza como consuelo para la humanidad.
Comenzaron como consecuencia las peleas entre los hombres,
los abusos, los actos ilegales, las calamidades, las enfermedades, la violencia
y las guerras; y sólo los héroes eran los que intentaban por todos los medios
luchar contra el mal.
Desde entonces, la vida de los seres humanos se tornó cada
vez más difícil y el hombre tiene que luchar hasta hoy en día, para poder
sobrevivir.
viernes, 17 de marzo de 2017
El legado de Zeus
Cronos era el padre de Zeus, pero este se tragaba a todos sus hijos, ya que Gea y Urano le habian dicho que un hijo de él lo derrocarría y asumiría su lugar, Rea escondió a Zeus en Creta, y cuando Zeus alcanzó su madurez, desafio a Cronos, obligandolo a escupir a sus hermanos, Zeus derroto a Campe, guardiana de los Cicplopes y los Hecatónquiros, que eran hermanos de Cronos, liberandolos asi de la prisión en el Tartaro, los ciclopes en agradecimiento, le dieron a Zeus el rayo que Gea habia escondido como arma, Zeus habiendo liberado a sus hermanos derroco a Cronos y a los otros titanes, repartiendose la tierra entre los 3 hermanos mas grandes, Zeus, Hades y Poseidón, a Zeus le toco
gobernar el cielo, a Hades a los muertos (el inframundo), y a Poseidón le tocaron los mares, Gea estaba molesta por la forma en que Zeus trato a los Titanes, puesto que eran sus hijos, asi que Zeus tubo que volver a luchar contra otros hijos de Gea, esta vez contra Tifón y Equidna, logró derrotar a Tifón dejandole atrapado bajo una montaña, pero dejo a Equidna, para que fueran un desafio para futuros Héroes.
Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, fruto de las cuales fueron muchas deidades y héroes, incluyendo Atenea, Apolo y Artemisa, Hermes, Perséfone, Dioniso, Perseo, Heracles, Helena, Minos y las Musas. Con Hera suele decirse que fue padre de Ares, Hebe y Hefesto.
jueves, 16 de marzo de 2017
EL ORIGEN
Todo tiene una razón, un origen, nada nace de la nada al
menos que , bueno, tu seas un Dios.
Al igual que la religió judeo-cristiana, los Griegos tenían su
versión del origen del mundo.
La mas aceptada era es la del poeta y filosofo Hesiodo que aparece
en su Teogonia, una obra poética.
Para Hesiodo el mundo tiene su origen en el “caos” que
contrario a lo que la palabra nos puede hacer pensar, se refiere mas a la nada,
al vacio, lo que no puede ser descrito. Luego, después de ese vacío, se dibuja
la primera de las realidades, que limita y comienza a darle un sentido: Gea (la
tierra) seguida del Tártaro (el inframundo), tenebroso de las profundidades, y
Eros (el amor), el más bello de los dioses, este es el motor universal; es
quien provoca las uniones del principio cósmico, los engendramientos que ni la
imaginación concibe.
Pero
bajo la Tierra seguía existiendo un espacio vacío donde todo era Caos.
Ese Caos engendra el Érebo, (las tinieblas) el vasto espacio subyacente,
en que más tarde tendrán su lugar los infiernos y Nix (la oscuridad o
la noche).
Érebo
y Nix tuvieron amorosos consorcio y originaron al Éter Y Hemera (el
día), que personificaron respectivamente la luz celeste y terrestre.
Con
la luz, Gea cobro personalidad, pero como no pudo unirse al vacío Caos,
comenzó a engendrarse sola y así mientras dormía surgió Urano (el cielo
estrellado) un ser de igual extensión que ella, con el fin de que la
cubriese toda y fuera una morada celestial segura y eterna para los
dioses.
Sin
embargo Gea, después de haber engendrado a Urano, dio a luz a las
Montañas, para albergue grato de las Ninfas, que escogieron para ello
frondosos bosques.
Urano contemplo tiernamente a su madre desde las elevadas cumbres y derramó una lluvia fértil sobre sus hendiduras secretas, naciendo así las hierbas, flores y árboles con los animales y las aves, que formaron como un cortejo para cada planta. La lluvia sobrante hizo que corrieran los ríos y al llenar de agua los lugares huecos se originaron así los lagos y mares, todos ellos identificados con el nombre de Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiparión, Lápeto, Crono; y Titánides: Temis, Rea, Tetis, Tea, Mnemósine y Febe; de ellos descendieron los demás dioses y hombres.
Urano contemplo tiernamente a su madre desde las elevadas cumbres y derramó una lluvia fértil sobre sus hendiduras secretas, naciendo así las hierbas, flores y árboles con los animales y las aves, que formaron como un cortejo para cada planta. La lluvia sobrante hizo que corrieran los ríos y al llenar de agua los lugares huecos se originaron así los lagos y mares, todos ellos identificados con el nombre de Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiparión, Lápeto, Crono; y Titánides: Temis, Rea, Tetis, Tea, Mnemósine y Febe; de ellos descendieron los demás dioses y hombres.
Pero
como si Urano y Gea quisieran demostrar que su poder estaba por encima
de todo, crearon otros hijos de terrible aspecto: los tres Cíclopes
primitivos, llamados Arges, Estéropes y Brontes, quienes tenían un solo
ojo redondo en medio de la frente y representaban respectivamente el
rayo, el relámpago y el trueno y eran inmortales.
Finalmente engendraron a los Hecatónquiros o Centimanos, tres hermanos con cincuenta cabezas y brazos cada uno que se llamaron: Coto, Briadero y Giges. En este momento Urano que tenía todo el poder, decide encerrar a todos sus hijos en el Tártaro, en el fondo de Gea, para que no vieran la luz.
Finalmente engendraron a los Hecatónquiros o Centimanos, tres hermanos con cincuenta cabezas y brazos cada uno que se llamaron: Coto, Briadero y Giges. En este momento Urano que tenía todo el poder, decide encerrar a todos sus hijos en el Tártaro, en el fondo de Gea, para que no vieran la luz.
Al
ver a sus hijos prisioneros Gea decidió ayudarlos a vengarse de su
padre. Ella lo propuso a sus hijos, de modo que de sus entrañas hizo
brotar una afilada hoz. Ninguno de sus hijos era capaz de acometer la
venganza, ninguno excepto Cronos, que tomo el hierro afilado y, cuando
su padre fue a fecundar a su madre, le cortó los testículos y los arrojo
al espacio.
De
la sangre que se derramó sobre Gea nacieron las tres Furias que viven
en el infierno, los Gigantes, las Meliadas y Afrodita. Cronos pidió el
poder, por haber sido él quien derrotó a Urano y se convirtió en el
gobernante de los dioses con su hermana y esposa Rea como consorte y los
otros Titanes como su corte.
Hasta aqui el la primera generacion de dioses. En la siguiente entrada abarcaremos la historia del mas famoso dios de la mitologia griega: Zeus.
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